02 diciembre 2011

Comandos Autónomos Anticapitalistas: La autonomía obrera en Euskal Herria.


Os dejo un texto para conocer un poco la historia del movimiento autónomo en Euskal Herria, su ideología, la aparición de los Comandos Autónomos Anticapitalistas y sus divergencias con ETA, el MLNV, y su estrategia política.


1968-1977: ACTORES DIRECTAMENTE INMERSOS EN LA LUCHA DE MASAS



Comencemos por 1968. En España Franco todavía estaba en el poder. Las luchas obreras de extendían en las fabricas; l*s vasc*s, perdedor*s en la guerra civil, iban levantando cabeza; todo el mundo se unía contra la represión y aumentaba la conciencia revolucionaria. Entre nuestr*s protagonistas, hay claras motivaciones básicas. Much*s recibieron en la fábrica su primera experiencia organizativa, sus primeras luchas, sus primeras energías desatadas; much*s son euskaltzales (del movimiento pro-euskara), y realmente eso es una constante entre l*s autonom*s. Otr*s, por su parte, empiezan en ETA o en movimientos cercanos. Un*s poc*s provienen del anarquismo clásico. A fin de cuentas, y salvando las excepciones, la Autonomía encontró su terreno en Euskadi, siendo ésta como era una nación dominada; la Autonomía ha luchado por la libertad de l*s trabajador*s de Euskadi, y para fortalecer esa libertad creyó en un único proceso: en aquel que trae consigo la revolución social y la independencia sin Estado. En las luchas contra el Consejo de Guerra de Burgos (1970) encontraron la oportunidad autogestionaria de unir todos los frentes. En fabricas, barrios, etc. se hicieron asambleas y la lucha de la calle fue el paso siguiente natural a esas asambleas. Sin estrategias predeterminadas de arriba, el propio pueblo encontró el camino. Esa experiencia no se olvida. En ese anhelo de libertad se fueron multiplicando las luchas tanto en las fabricas como en los barrios y en los movimientos sociales. Para encontrar hay que buscar. Después de trabajar sin cesar durante dos o tres años, quedan fortalecidas en practicas sociales bastante asentadas las luchas populares mas vivas que se desarrollan de 1974 a 1977. Por resumir la situación, se puede decir que en estos primeros años las Asambleas y las experiencias a nivel de Consejos de Fabrica y Delegados son bastante puntuales y muy a menudo sindicatos y partidos tratan de utilizarlas; pero luego se convierten en herramienta constante y en función de ellas se articula el movimiento de trabajadores. Se crean grupos públicos y unitarios y partidos y sindicatos se ven obligados a aceptar la auto-organización obrera. Así que no debemos sorprendernos si l*s protagonistas se nos muestran optimistas, fuertes y plen*s de ilusión. Much*s se desenvuelven en las fabricas. En los años postreros del franquismo, ya superado el Sindicato Vertical, l*s trabajador*s encontraron estructuras nuevas y funcionales. Se reunían en fabricas, en torno a temas tanto laborales como políticos o represivos. El punto de reunión natural era la fabrica: obligaban al patrón a aceptar las asambleas. Cuando por efecto de la represión ya no se pueden reunir en las fabricas, convierten a la ciudad en espacio de libertad (plazas, iglesias, sociedades, etc.), y si no, al monte, para reunir a mucha gente. Las reuniones en los montes, l*s propi*s trabajador*s hacían controles en los caminos, bien para impedir la entrada a los chivatos, bien para avisar de la llegada de la Policía. La Asamblea era el lugar principal: allí se debatían y decidían las acciones. Para desarrollar un trabajo continuado, l*s trabajador*s elegían sus Comisiones, l*s militantes mas motivad*s formaban Comités de Empresa o los Consejos de Empresa. Al fin y a la postre, la Asamblea era lo primero; Comités y Consejos debían dotarle de estabilidad y continuidad, sin caer en el sustituísmo. En este orden de cosas se admitía la violencia, para responder tanto a la Policía como a las provocaciones, y también para realizar el sabotaje especifico en la fábrica. En la ciudad, en las calles, la lucha esta también muy presente. Ya en 1967 en Rekaldeberri comienzan a funcionar las Asociaciones de Vecinos en el área del Gran Bilbao. Luego se extienden a toda Euskal Herria: en 1969 Donosti y Renteria, en 1970 Iruñea y en 1974 Gasteiz. Junto a ellas, y a imagen de estructuras que se iban generando en las fabricas, existían los Comités de Barrio, propiciados por los militantes mas politizados. Estos comités son muy activos en Nafarroa y Gipuzkoa primordialmente hasta el año 1975. Más tarde, con la legalidad democrática, se integraron en las AAVV. Esta lucha urbana tenia sus ámbitos concretos. El tema urbanístico era muy importante, por ejemplo, en el caso de Renteria. También lo eran las acciones pro amnistía o contra la represión. Y la fiesta. Quien buscaba la libertad quería toda la libertad, y a ser posible, toda a la vez. Perseguía la revolución social, la independencia, y como no, la libertad individual, la felicidad. La fiesta popular le daba al militante un amplio espacio para conjugar lo general y lo diario. Y, precisamente, conviene recordar que la imagen popular de las fiestas de Bilbao arranca en 1978, por medio de las konparsas y la iniciativa de Txomin Barullo: l*s de estos grupos no eran autónom*s, pero si revolucionari*s y amantes de la libertad, como el mismo ambiente lo era. Esta lucha urbana tenia también estrechas relaciones con el movimiento obrero. Recordemos Gasteiz: 1976, días duros e intensos; tres meses en huelga, asambleas, manifestaciones, represión...; los cinco muertos del 3 de marzo. En los barrios de Zaramaga y Adurtza, sobre todo, las luchas de obreros y ciudadanía en general iban de la mano. Estaba fijada en las asambleas, pero tocaba a toda el pueblo. Otros movimientos sociales también se ubicaron en las practicas colectivas de nuestra sociedad. El mas extendido, el antinuclear. El tema no sólo era parar Lemoniz: antes bien, se hicieron profundas reflexiones sobre el consumo y la forma de vida, para condenar la lógica del productivismo y para imaginar y practicar modos alternativos. Mucha gente se movilizó alrededor de fiestas, reuniones, acciones y manifestaciones: el 14 de julio de 1977 200.000 personas nos reunimos en Bilbao. La lucha armada de ETA tuvo gran importancia para parar Lemoniz; cierto es que much*s vieron mal ese protagonismo armado, pues resultó dañino para una forma de entender las cosas que iba mas allí de las nucleares. Pero lo que aquí se quiere resaltar es la presencia del movimiento y su aceptación social. También en estos años se extiende el feminismo. La igualdad es parte indispensable de la libertad: much*s militantes sienten que la acción de la mujer es ingrediente principal dentro de un nuevo orden que se quiere plasmar en el día a día. El hombre no puede ser revolucionario si explota y desprecia a la mitad de la población y la mujer no puede ser revolucionaria si desprecia y humilla a su propio sexo. Era grande la influencia del feminismo en militantes de los dos sexos y entre l*s autónom*s cabe perfectamente la personalidad de algunas mujeres. El antimilitarismo es componente ideológico de la Autonomía. El rechazo y desconfianza hacia esa casta militar que secuestra y monopoliza el poder armado, el poder matar, resultan evidentes. En la calle, sin embargo, las formulaciones no son todavía muy claras. L*s autónom*s preconizaban la deserción, pero tal opción requería un alto nivel de compromiso. Posteriormente los jóvenes han dado con la vía de la lucha insumisa y en ella hay hoy much*s que entonces eran precursor*s. Otros espacio especial era la libertad de l*s pres*s, la amnistía y la destrucción de las cárceles. El MLNV le daba amplitud a esa lucha y l*s autónom*s trabajaron a tope en las campañas a favor de l*s pres*s abertzales. Pero le confirieron un carácter muy especial, tomando parte también en acciones a favor de presos comunes y realizando una critica durísima del sistema carcelario y represivo. En esto último también anduvieron bastante sol*s. En general, nuestr*s protagonistas participaban de un ambiente muy vivo y en una forma muy natural a la hora de unir practicas militantes y cuestiones mas populares. La participación en asambleas era masiva y abierta y estar allí daba una sensación satisfactoria: la militancia no era algo pasado de moda, hecho en la oscura clandestinidad, aparte del pueblo y las personas. En la fabrica con l*s compañer*s, en calles y montes con l*s vecin*s; como pez en el agua, totalmente identificad* de principio a fin. La necesidad de coordinación entre fábricas era también algo natural. Además, no como ahora, no era ninguna sorpresa que si en una fabrica ocurría algo saliese a la huelga la de al lado en una expresión de solidaridad. Y todas esas luchas veían una necesidad de coordinación, o sea, un trabajo conjunto permanente y activo entre iniciativas y organizaciones de carácter autónomo. Para ello no se admitía la dirección de un grupo organizado dirigente: partido o.sindicato, era igual, pues ninguno iba a ser el guía de las masas. La generalidad para poder integrar las luchas parciales vino de abajo y para nada como algún grupo dirigente inventaria. Si la Autonomía no aceptó el dirigismo, tampoco tragó el ultraizquierdismo que negaba la necesidad coordinativa. En muchas experiencias tomó parte la coordinación con sus dos objetivos, transparencia y eficacia, sobrellevados el uno con el otro. En este contexto, se acepta la necesidad de la lucha armada desde el comienzo. El franquismo era consecuencia de una sangrienta guerra civil; en lo que a legitimidad respecta, ni ell*s ni el pueblo tenía problema para aceptar la génesis directa de la lucha armada. Habla muchos ejemplos en la historia de la lucha contra el capitalismo, tanto en el Tercer Mundo como en Europa. L*s autónom*s de Italia es la experiencia mas tenida en cuenta en cada etapa. Para expulsar al explotador se ve claro el empleo de la fuerza. En una palabra, el propio ambiente pedía la lucha armada y, en general, tenía la aceptación de la mayoría; todo el mundo no tenía igualmente interiorizada esa aceptación, pero al menos casi siempre la Justificaban al ser contra el fascismo. En montes, fábricas y calles la dignidad pide respuesta contra chivatos y policías, vista la chulería y la violencia con que nos trataban. Y la primera medida de la lucha armada, esto es, la respuesta inmediata de quien esta pisad* era una cosa evidente. Luego el asunto es la lucha armada organizada, dentro de un grupo militar o cuasimilitar... A esto iremos luego, pues primero hay que aclarar la situación general. Dentro de l*s autónom*s la mayoría acepta la lucha armada. Como respuesta justa, como ayuda y alargadera de otras luchas y como inexorable necesidad para poder tirar abajo el sistema capitalista, no se dudaba de la lucha armada. La opción de ETA les parecia correcta en Euskal Herria. Ell*s planteaban de otra forma la relación entre pueblo y militante, y veían de otro modo el camino para conseguir la independencia. Pero siempre le tuvieron a ETA un gran respeto. Los CCAA hicieron muchas acciones en solidaridad con militantes de ETA: y cuando la Autonomía fracaso más de un* autonom* entró en ETA.

30 noviembre 2011

UPyD: La vuelta del lerrouxismo


Para quien no lo sepa, Alejandro Lerroux fue un líder del  partido   radical que jugo a muchas cosas  en la  política  española   del principio del siglo XX. Fue un anticlerical y demagogo republicano al principio,  se convirtió  al españolismo  populista   en Cataluña ( el   “emperador   del   paralelo” barcelonés) , formó coalición de gobierno con la CEDA ( extrema derecha prefascista de Gil Robles) en la II República ( el   “bienio negro” del 34 al 36),   y  término apoyando y alabando el golpe fascista  de Franco.


Los componentes básicos  del “cóctel de Lerroux” son los mismos que los de UPYD: populismo, demagogia y españolismo a raudales. Todo esto   cimentado   en un líder (una líder en este caso)  que miente  más que habla , que ataca a la “clase política “,  cuando ella hizo la “primera   comunión”  en coche oficial ( 32 años lleva la buena señora comiendo de los sueldos públicos); y a los  que sólo les guía la ambición  más descarnada y arbitraria.
La ambigüedad ideológica es otra característica   común entre Lerroux  y la UPYD.  Aparentemente vienen  de la izquierda, gesticulan como si lo fueran pero caminan a paso agigantados hacia la derecha. Por supuesto, proclaman   que no son ni lo uno, ni   lo otro (derecha / izquierda): son   sólo españoles honrados, gente del pueblo, que quieren el bien de España por encima de los “intereses de partido”, y de los “reinos de Taifas”.

La hoja de ruta de UPYD tiene muchas papeletas para ser la misma hoja de ruta del lerrouxismo: no digo que necesariamente terminen en el fascismo, ojala no, pero si en el autoritarismo más conservador. Ya han dado alguna muestra en el programa   electoral reciente: aumento gastos militares, centralización de competencias, energía nuclear, política antiinmigración, cuestionamiento   de derechos como el aborto, involución en el modelo educativo , copago sanitario, etc

El caladero de votos más importantes   lo tienen, que casualidad, en Madrid, las Castillas y Valencia. Todo el que piensa como la derecha pero quiere seguir creyendo, y diciendo, que es de izquierda, los vota.  El populismo apolítico   (o sea antidemocrático) también los vota. No hay funcionario o docente   estúpidamente frustrado,  que no simpatice  con  esa líder “tan sincera y natural” . En Andalucía también están pescando y son la cresta de una ola neocentralista y conservadora.  Supoenen para muchos votantes,  el pasillo ideal de paso entre el PSOE y el PP. Para muchos andaluces y andaluzas la UPYD es    el amortiguador moral de su abandono de la izquierda.

Se han quedado sin el fantasma siniestro de ETA y buscan un nuevo espacio de chantaje   emocional, pueden coger cualquier bandera a condición que le de votos y huela a sable. Son la nueva derecha (que como siempre   es muy vieja). Que todo el mundo   lo sepa, que nadie engañe. Votar a UPYD es votar a una derecha   que  terminará, más temprano que tarde convergiendo en el  gran lago azul de las gaviotas, como Lerroux.

Sacáu de: http://www.kaosenlared.net/noticia/upyd-la-vuelta-del-lerrouxismo

29 noviembre 2011

Artículu d'upinión de Asambleas 15-M Cantabria nel Diario Montañes

Equí vos lo dejo.

15M: Otr@s, nosotr@s

No deja de ser curioso que los medios e incluso la clase política nos exija que especifiquemos propuestas concretas, que postulemos, en fin, a unos líderes que ofrezcan una hoja de ruta ¿Cuántas décadas lleva el sistema representativo liberal ofreciendo políticas que ignoran la voluntad de las personas bajo la engañosa pátina de una mayoría representada por una élite? ¿Cuántos siglos lleva el capitalismo imponiendo la maximización de los beneficios privados y socialización de los efectos negativos? ¿Y qué aspecto tiene hoy nuestro planeta y nuestra tierruca? ¿Por qué hemos llegado a este grado de desafección política en supuestas democracias? Entre la cultura del miedo y la sociedad del espectáculo nos hemos convertido en consumidores de nuestra propia realidad, en rentistas de nuestro tiempo, en daños colaterales de las guerras por los mercados. Se pretende que el 15M resuelva la cuadratura del círculo y que además la done generosamente al discurso único de los políticos y los medios. Vemos el órdago: cooperar en vez de competir, compartir en vez de poseer, consensuar en vez de imponer.
La reflexión crítica y pública sobre nuestras necesidades y deseos en asambleas horizontales impide la manipulación de las voluntades y la dilución de responsabilidades. Así, decidimos y actuamos de manera colectiva sin renunciar a nuestra individualidad. A través del diálogo razonado construimos consensos incluyentes que tratan de resolver problemáticas planteadas en asamblea. Cuando varias personas muestran disenso ante una propuesta, esas personas se comprometen a argumentar su posición o, de lo contrario, la asamblea les da tiempo para que puedan trabajar otro consenso que también incluya las razones de los demás. Es cierto que de esta forma nunca podremos erigirnos en la voz de un país o un continente, que piensa y decide en el nombre de millones de personas silenciadas, ya que el método asambleario nos obliga a empoderar a todos por igual en cada decisión porque cada cual se representa a sí mismo. Sin embargo, la democracia directa sí permite que multitud de asambleas se coordinen en red para cumplir con consensos sobre objetivos concretos en tiempos específicos.
Participar de la democracia directa en las asambleas permite vislumbrar alternativas a la crisis de legitimación de la democracia representativa en un mundo política y económicamente globalizado por instituciones no controladas democráticamente, caso de las multinacionales, el FMI, la OTAN o la Comisión Europea. Los partidos políticos son estructuras jerárquicas que evidentemente responden a los intereses del poder financiero y de las élites empresariales, mientras los sindicatos mayoritarios se quejan con la mano izquierda mientras firman con la derecha. De este modo, la estafa de esta crisis económica se ha constitucionalizado y se celebra la precariedad laboral como empleo digno.
A la vez que los foros económicos celebran el crecimiento de los nuevos mercados de la salud y educación privada o concertada, los profesionales y usuarios de la educación y la sanidad públicas pasan a ser peligrosos antisistema que ponen en jaque al sistema democrático por reivindicar nuestros derechos.
Bebemos de una contrahistoria que no entiende de vencedores ni vencidos, categorías incapaces de explicar la complejidad de nuestro pasado ni de prever los horizontes de nuestro futuro. Llamamos a hacer diariamente política y economía de las pequeñas cosas con el fin ir creando comunidades reales en las que todos podamos desarrollar nuestras capacidades de manera libre, en una reivindicación radical de nuestra individualidad que sólo es posible en un entorno social cooperativo y horizontal que asegure los medios de subsistencia para todas las personas.
También estimamos que la desobediencia civil activa será el único recurso que nos quede a las personas pacíficas si se continúa conculcando nuestros derechos y coartando nuestras libertades. Por ello, nos sentimos hermanados con aquellos movimientos del Sur y el Norte global que se oponen al orden mundial actual desde la idiosincrasia de sus luchas locales. Desde Sol hasta Wall Street, de Chile a Islandia, también en Torrelavega, Santander, Cabezón de la Sal, Potes, Castro Urdiales, estamos en todas partes decididos a transformar nuestras vidas sumando pequeñas revoluciones.
De ahí que debamos comprometernos con Cantabria en primer lugar. Sabemos, por ejemplo, que en nuestra tierra se quiere explotar el gas en el subsuelo utilizando una técnica que conllevará la devastación de nuestros valles y la desaparición del hábitat rural por contaminación. Sabemos también que el modelo desarrollista basado en la especulación y el turismo de masas que destrozó la costa mediterránea se extiende por el norte. Nos oponemos a todo ello. Veámonos en las plazas y en los pueblos para hablar sin intermediarios y decidir qué montañas, qué playas y qué ciudades disfrutarán nuestros hijos e hijas, para que ellas y ellos sean al fin libres para decidir cómo quieren vivir.
La lógica de la sinrazón que nos gobierna nos tacha de utópicos. Para el 15M la utopía es sólo aquello que no hicimos todavía. Que lo consigamos, en realidad, depende de lo que tú hagas.
 
 

Sacáu de: http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20111129/opinion/articulos/nosotr-20111129.html

 


23 noviembre 2011

Blas Infante "Padre de la Patria Andaluza" y el anarquismo andaluz.


Blas Infante Pérez de Vargas (Casares, Málaga, 5 de julio de 1885 – Sevilla, 11 de agosto de 1936) fue un notario y político, considerado oficialmente por el Congreso de los Diputados y el Parlamento de Andalucía como el "Padre de la Patria Andaluza" por ser el máximo ideólogo del andalucismo político en todas sus vertientes, regionalista, federalista y nacionalista. Alternó las tareas de notario, historiador, antropólogo, musicólogo, escritor y periodista, . Varios libros suyos fueron publicados en vida del autor, así como póstumamente. Además se conservan numerosísimos manuscritos inéditos suyos. La Fundación Centro de Estudios Andaluces de la Junta de Andalucía, adquirió en 2001 la casa de Blas Infante en Coria del Río para convertirla en casa-museo como patrimonio histórico y cultural andaluz. Es homenajeado anualmente cada 28 de febrero con motivo de la celebración del Día de Andalucía.

Aquí os dejamos un texto que habla de su relación con el anarquismo, ideología muy arraigada en su época en Andalucía, sobretodo entre multitud de jornaleros sin tierra y con unas miserables condiciones de vida. 




Su más que simpatía por el anarquismo, se reflejan en el himno nacional de Andalucía, donde se dice: “Andaluces: levantaos, pedid Tierra y Libertad…”
La Consejería de Educación mediante instrucciones remitidas a los centros andaluces ordena conmemorar el 125 aniversario del nacimiento de Blas Infante. Nombrado, nada más y nada menos, “Padre de la Patria Andaluza” en el Estatuto de Andalucía aprobado en 1980. Estas instrucciones coinciden con el homenaje, recientemente celebrado, del Parlamento Andaluz hacia esta persona y que contó con la unanimidad de todos los grupos políticos de la cámara.
Si importancia tiene el nacer, mucha más tiene el morir ya que este acto supremo cierra la vida de aquel que debe ser recordado por ella. Tiempo han tenido los poderes públicos para rememorar su muerte, hecho que aún no se ha producido, siendo esta muerte la que precisamente dio sentido a su vida política y la que proyectó su figura, ausente entre los vivos, en el recuerdo de las generaciones futuras.
Muchos aún no conocen que el himno de Andalucía, el que actualmente cantan millones de andaluzas y andaluces, fue obra suya y se estrenó escasos días antes de su muerte. Este himno, que sobre una idea musical de Blas Infante, había compuesto musicalmente el maestro Castillo, se estrena en un concierto de la Banda Municipal de Sevilla, en la tarde del viernes 10 de julio de 1936, dirigida por el propio maestro Castillo, tan solo 8 días antes del inicio de la Guerra Incivil, como la llamaba el “Padre de la Patria Andaluza”. Su más que simpatía por el anarquismo, se reflejan en el himno nacional de Andalucía, donde se dice: “Andaluces: levantaos, pedid Tierra y Libertad…”. Tremenda e inusual frase en los himnos de este tipo, que pertenece a una reivindicación histórica del campesinado anarquista andaluz.
Cuando estalla la guerra, Blas Infante permanece desde el 18 de julio de 1936 en su casa de Coria, ya que nada malo había hecho, hasta que el día 2 de Agosto, es detenido y llevado como un delincuente a un cuartelillo de Falange instalado en el Edificio de la cámara Agraria de la calle Trajano de Sevilla. Dos días pasó allí hasta que fue trasladado a una improvisada prisión en el cine Jáuregui. La noche del 10 de agosto al filo de la madrugada, es conducido hasta la altura del KM.4 de la carretera de Carmona, junto a la linde de la antigua huerta de las Clarisas, donde es fusilado, por la aplicación de un bando de guerra, promulgado por el General Queipo de Llano, que en definitiva era una nueva versión de la ley de fugas. No en vano hay quien aún se afana en justificar tamaño asesinato:
“Sus hagiógrafos dicen que no obraban cargos contra él, pero a la luz de su biografía podemos deducir que Blas Infante era, sin género de dudas, reo de alta traición a España”. En la biografía no oficial de Blas Infante: Blas Infante. un criptomusulmán.
Blas Infante después de gritar por dos veces: ¡¡Viva Andalucía libre!! Cae al suelo muerto por los disparos recibidos. ¡Libertad!, una palabra que le fue muy querida y que recibió del entorno anarquista que le rodeaba en sus tierras andaluzas.
Los centros escolares andaluces en el próximo curso rememorarán algo de su vida y de su obra. El anarcosindicalismo andaluz lo recuerda unido a la memoria de sus militantes, como el compañero “Pedro Vallina”. Amigo personal de Blas Infante, apoyó la candidatura de éste en las elecciones generales de Junio del 31, siendo la segunda más votada de las cinco que se presentaron. Este hecho se explica por el respaldo recibido en las urnas por un sector del campesinado anarcosindicalista, a pesar del llamamiento a la abstención por parte de la CNT. Ello se debió a la proximidad que, en varios aspectos, existió entre Blas Infante y el anarquismo, y, sobre todo, por la acción de Pedro Vallina, el médico anarquista continuamente perseguido y odiado por las “gentes de orden” y sobre nombrado por estas como “el Tigre”, y casi venerado y con gran influencia sobre los jornaleros. Blas Infante lo califica de “apóstol de pureza inmaculada” e “hijo puro de la eterna Promesa”. Por su parte Vallina pidió el voto para la candidatura de Blas Infante en los siguientes términos: “Yo predico para que votéis a estos hombres, porque estos hombres no son políticos de oficio, sino hombres de vergüenza”.
Especialmente significativo es el hecho de que, durante los años 1931 y 1932, andalucistas y anarquistas compartan el órgano de expresión Andalucía libre, e incluso que, al parecer en 1932, Infante pudo haber ingresado en la CNT, pero el enfrentamiento que tenía entonces ésta con el doctor Vallina, lo alejó definitivamente de la organización anarcosindicalista. La línea libertaria que ya estaba presente en su El Ideal Andaluz, que se agudizó en La dictadura pedagógica, se hace también patente en sus últimos libros y escritos. En esta última etapa, Infante, ideológicamente, se sitúa de forma clara en la órbita del confederalismo libertario; de ahí su furibundo ataque al estado, al principio de las nacionalidades y su defensa de los pueblos como entidades culturales.
Estos aspectos ideológicos de esta figura andaluza sin duda deben ser conocidos por todo el alumnado de los centros andaluces, ya que a fuerza de propagar una imagen distorsionada durante toda la dictadura franquista y el periodo llamado de transición democrática, se ha instalado en la conciencia colectiva una idea nada ajustada sobre las profundas convicciones libertarias de Blas Infante.
Del texto, de Paco Doblas: “Blas Infante y el andalucismo histórico: Pensamiento y praxis”, extraemos lo siguiente:
“Quizás ésta sea una de las características más singulares del pensamiento de Blas Infante dentro del panorama regionalista-nacionalista. Pero ¿cómo explicar esta aparente extravagancia en el pensador andalucista? Dos razones nos pueden ayudar a entenderlo. La primera tiene que ver con la situación social propia de Andalucía y las relaciones de Blas Infante con el movimiento jornalero. Cuando Infante irrumpe en el incipiente debate regionalista, introduce otra novedad, que no andaba muy cercana a los ambientes intelectuales en los que se desarrollaba el primer andalucismo culturalista: la preocupación social y, más en concreto, la situación sangrante de los jornaleros andaluces. Su preocupación por la tierra y el problema latifundista llevó al líder andalucista a implicarse en los ambientes jornaleros y en las luchas campesinas, intentando ayudar jurídicamente a los braceros, desde su notaría de Cantillana primero y después en Coria del Río, frente a los abusos de los terratenientes. En la Andalucía rural de aquel tiempo, la CNT era muy mayoritaria, por lo que parece claro que debió influir muy tempranamente en las ideas de nuestro joven pensador. La confluencia con el anarquismo fue muy importante, sobre todo en las épocas de mayor cantidad de luchas campesinas como fueron el llamado “trienio bolchevique” (1917-1919) y la República. La segunda razón la hayamos en su propia formación intelectual. Como señala Acosta Sánchez, todo guarda coherencia con la intensa influencia de Pi y Margall: “Su sentida simpatía con el anarquismo (…) se comprende si se sabe que el federalismo pimargalliano arraigaba en Proudhon, Pierre, quien fue a la vez maestro de Bakunin, Mijail, y padre del anarquismo. Hay que recordar con Nettlau, Max, que el anarquismo se llamó primero federalismo”. Esta carga ácrata en el pensamiento blasinfantiano se irá acentuando, haciéndose más patente durante la Segunda República, cuando se situará claramente en la órbita del confederalismo libertario. Durante esa etapa defenderá a los anarquistas de forma expresa y hasta entusiasta: “La lógica anarquista actual es otra, como lo demuestra la desaparición de los atentados ácratas, tan frecuentes en el principiar de nuestro siglo. Sindicatos para defender intereses próximos y un anhelo firme de cultura emancipadora” (La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía).”
Otra referencia que permite comprender la visión que sobre estas dos personalidades tenían aquellos que pretendían evitar la reforma agraria, la encontramos en el libro, editado por Libre Pensamiento (CGT) y el centro andaluz del libro, titulado “Mis memorias” cuyo autor es el mismo Pedro Vallina. Blas Infante viajó a Madrid en los primeros momentos republicanos, para apoyar una intervención decidida de la republica a favor de la reforma agraria, cosa que, a pesar de las buenas expectativas levantadas, parecía cada vez más alejada. En ese viaje se encuentra con un recién nombrado Consejero de Estado, Demófilo de Buen, este se negó a estrechar la mano que le tendiera Blas Infante y le dijo indignado: “No vacilaré en aconsejar al gobierno de la republica el fusilamiento de Vd. y de Pedro Vallina por su actitud ante la cuestión agraria”, a lo que Blas infante contestó: “Con mucho gusto nos dejaríamos fusilar en aras de los jornaleros andaluces, tan merecedores de los mayores sacrificios”.
En hora de conocer y recordar para proyectar nuestro futuro como seres humanos.
Rafael Fenoy Rico, secretario de Jurídica de CGT Enseñanza



Texto extraído de: http://www.erllano.org/
http://www.erllano.org/2010/07/14/blas-infante-y-el-anarquismo-andaluz/