Ya en
el siglo XIX existió participación libertaria en diferentes luchas de
liberación nacional, como las de Bosnia y Herzegovina, y sobre todo la insurrección
búlgara de 1876, en la cual participa el famoso poeta libertario Boter. Al
siguiente año, en 1877, estalló la guerra ruso-turca por la cual Bulgaria se
declaraba independiente, pero las
presiones y los intereses del capitalismo occidental —principalmente de Inglaterra— consiguieron que una parte del territorio
búlgaro, Macedonia, fuera reintegrada de nuevo en el Imperio Turco. Este
hecho fue el detonante para el comienzo de la lucha de Macedonia contra la
ocupación turca, y también para la aparición de la llamada "cuestión
Macedonia, provocada por las potencias europeas”.
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Militantes armados de la ORIMA durante la Revolución de Macedonia. |
Desde 1893, en todas las ciudades había escuelas búlgaras y se comenzaron a
formar las primeras células de la futura organización revolucionaria del
interior de Macedonia, constituida en 1894-1895, bajo una fuerte influencia
libertaria: ORIMA (Organización Revolucionaria del Interior de Macedonia y de
Adrinoble).
La ORIMA establece su Comité Central en Salónica, con una delegación en el exilio, en Sofía. Sus principios eran de un espíritu internacionalista y proponían la liberación nacional de su país sometido por los turcos mediante la revolución.
Cabe destacar también, la adhesión del Cenáculo de Ginebra, creado en 1898, compuesto por diversos grupos anarquistas, que elaboraron unos Estatutos del Comité Revolucionario Secreto Macedonio y publicaron un órgano de este Comité.
También participaron en el movimiento revolucionario macedonio numerosos grupos libertarios búlgaros que jugaron un destacado papel en la lucha armada (más de 60 muertos). La preparación de la revolución dura una docena de años y acaba dando lugar a la insurrección de Tracia Oriental y Macedonia por agosto de 1903. Los libertarios aportaron la orientación, los objetivos y la acción armada. Las acciones armadas cambiaron de táctica con la aportación anarquista, ya que se cambió el objetivo de los ataques. Hasta entonces se solía atacar a las autoridades ocupantes turcas, y con la aportación de los libertarios búlgaros, se centraron los ataques en las empresas de capital extranjero que mantenían al Imperio otomano.
La ORIMA establece su Comité Central en Salónica, con una delegación en el exilio, en Sofía. Sus principios eran de un espíritu internacionalista y proponían la liberación nacional de su país sometido por los turcos mediante la revolución.
Cabe destacar también, la adhesión del Cenáculo de Ginebra, creado en 1898, compuesto por diversos grupos anarquistas, que elaboraron unos Estatutos del Comité Revolucionario Secreto Macedonio y publicaron un órgano de este Comité.
También participaron en el movimiento revolucionario macedonio numerosos grupos libertarios búlgaros que jugaron un destacado papel en la lucha armada (más de 60 muertos). La preparación de la revolución dura una docena de años y acaba dando lugar a la insurrección de Tracia Oriental y Macedonia por agosto de 1903. Los libertarios aportaron la orientación, los objetivos y la acción armada. Las acciones armadas cambiaron de táctica con la aportación anarquista, ya que se cambió el objetivo de los ataques. Hasta entonces se solía atacar a las autoridades ocupantes turcas, y con la aportación de los libertarios búlgaros, se centraron los ataques en las empresas de capital extranjero que mantenían al Imperio otomano.