Como hace bastante tiempo que no actualizo esto, os dejo un artículo que escribí hace pocos días para el medio de comunicación independiente de Cantabria en la red, Enfocant

Estamos sufriendo una de las mayores acometidas neoliberales sobre nuestras vidas en los últimos años. Los derechos sociales conquistados con la lucha de nuestros antepasados están siendo desmantelados casi por completo, mientras somos incapaces de ofrecer una fuerte y eficaz resistencia y de, sobretodo, brindar una alternativa válida a este sistema que continúa aplastándonos como trabajadores, como pueblo, como personas…
Las respuestas ofrecidas desde los
diferentes colectivos; juveniles, políticos, feministas, ecologistas,
sindicales… se hacen insuficientes ante la magnitud de la guerra frontal
que, las oligarquías españolas, europeas, y mundiales, nos han
declarado al conjunto de las clases populares de todos y cada uno de los
pueblos. Por lo que se hace indispensable encontrar soluciones eficaces
que nos permitan ser un contendiente con opciones en esta guerra.
A mi juicio, la única opción que
poseemos para ser fuertes y eficaces, pasa por la unidad popular. Ahora
bien, ¿cómo? ¿con quién? Y ¿para qué? Son las tres preguntas que
siempre saltan a la palestra y sobre las que pretendo ofrecer mi punto
de vista.
La unidad no es algo que deba imponerse
por la voluntad de una serie de personas que formen grupos reducidos
dentro de algunas organizaciones políticas o conjuntos humanos. La
unidad popular se construye desde la participación política activa y
desde la base de todas y cada una de las personas que, o bien desde
dentro de cualquier colectivo ya configurado, o bien agrupadas en
nuevas asambleas creadas libremente en cada municipio (a modo de los
antiguos concejos abiertos), deseen ser protagonistas de los
acontecimientos sociopolíticos de nuestra realidad. Y que deseen serlo
de la manera que solo ellos decidan apropiada, teniendo varios cauces
por los que llevar ese protagonismo a la práctica (desde fuera de las
instituciones, desde dentro de las mismas, combinando las dos…). Para
ello, la toma de decisiones tiene que producirse de manera asamblearia,
horizontal, y transparente, logrando que cada persona llegue a sentirse
necesaria sin considerarse nunca indispensable. El movimiento ‘15M’ nos
enseño hace ya más de un año y medio, que existía un importante número
de personas que estaban deseando ser y sentirse protagonistas de la vida
política de nuestra sociedad de forma activa. Creo firmemente que una
pretendida unidad popular edificada en base a otros criterios estaría
condenada al fracaso, al no hacer partícipe de la misma a una cantidad
significativa de la población.
Desde el momento que la unidad se
construya desde los principios anteriormente citados, cabe presuponer
que no será sino con otros colectivos políticos o grupos humanos que se
organicen de la misma, o semejante forma, con los que se vaya
produciendo la toma de contacto para conformar una verdadera unidad
popular. En nuestra realidad, conocemos perfectamente quienes siguen las
líneas ya expuestas y quienes no, así como también conocemos al
dedillo a aquellos que durante décadas llevan traicionando a las clases
populares cántabras a costa de una serie de prebendas otorgadas por el
sistema.
Por esta razón, es fundamental estructurar una entidad que permita articular la unidad entre colectivos de cualquier condición, siempre y cuando se organicen según los fundamentos antes mencionados, para que ninguna lucha quede al margen de las demás. La demanda de, por ejemplo, un desarrollo ecológicamente sostenible para Cantabria y la lucha contra la plaga de los desahucios que sufrimos en la actualidad, tienen que encontrar un espacio donde poder confluir para llegar a un mayor número de personas y ser más efectivas.
Por esta razón, es fundamental estructurar una entidad que permita articular la unidad entre colectivos de cualquier condición, siempre y cuando se organicen según los fundamentos antes mencionados, para que ninguna lucha quede al margen de las demás. La demanda de, por ejemplo, un desarrollo ecológicamente sostenible para Cantabria y la lucha contra la plaga de los desahucios que sufrimos en la actualidad, tienen que encontrar un espacio donde poder confluir para llegar a un mayor número de personas y ser más efectivas.
La más importante de todas las
cuestiones que se nos presentan a la hora de cimentar una pretendida
unidad de acción entre las clases populares es su objetivo. ¿Para qué
queremos y necesitamos esta unidad?
A mi entender, una de las principales
carencias del conjunto de movimientos sociales anticapitalistas
existentes en Cantabria, es la falta de propuestas de organización
alternativas al sistema económico-político que sufrimos. Los esfuerzos
se centran principalmente en resistir, desde cada lugar de nuestra
geografía y desde cada distinto ámbito (laboral, juvenil, ecológico…), a
los brutales ataques del capitalismo. Sin embargo, ya sea por falta de
análisis rigurosos de la realidad en la que se trabaja, por falta de
tiempo material, o de recursos humanos, se tiende a olvidar lo
importante que es plantear una forma de organización social radicalmente
diferente a la instaurada. En mi opinión, esto es fruto de afrontar las
luchas de manera segmentada. Si todos los colectivos de distintos
ámbitos más las diferentes individualidades unidas en las asambleas
municipales o comarcales se juntaran entre sí dando cabida a multitud de
ideas y análisis diferentes de todas las personas que las forman, sería
considerablemente más sencillo que pudieran salir ideas y
planteamientos de construcción de un nuevo modelo socio-económico para
nuestro pueblo.
No quiero caer en el error de esbozar un
planteamiento grandilocuente. No se trata de ofrecer una alternativa
mágica que sustituya por completo a la actual forma de organización
social. El propósito es el de ir, poco a poco, creando un pequeño tejido
social que palíe, en la medida de lo posible, las carencias que
sufrimos por sus salvajes recortes. Si ellos elitizan cada vez más la
cultura, nosotros crearemos espacios libres donde poder desarrollar la
nuestra; si ellos monopolizan la información, nosotros trabajaremos en
la creación de medios de comunicación independientes; si ellos dejan a
cientos o miles de personas sin cobertura sanitaria, nosotros
conformaremos redes de solidaridad que puedan atender a estas personas;
si ellos nos dejan sin trabajo, nosotros formaremos cooperativas donde
todos nos repartamos la riqueza por igual, sin tener que mendigar el
derecho al trabajo tan cacareado últimamente; si ellos condenan al
ostracismo al sector primario, nosotros nos encargaremos de cultivar la
tierra y cuidar al ganado de forma colectiva; si ellos no quieren que
seamos protagonistas de la vida pública, nosotros organizaremos
asambleas en cada pueblo, en cada barrio, en cada comarca, que aglutinen
a la gente que no quiere ser mera espectadora de los acontecimientos y
decisiones que suceden a su alrededor…
En definitiva, se trata de resistir y de
crear al tiempo. De luchar y de avanzar en la articulación de espacios
libres que nos permitan ir construyendo “micromundos” nuevos mientras
vamos destruyendo el actual orden existente.
Está claro que el camino es largo, que
en Cantabria aún estamos en pañales. Pero alternativas como 'Cantabria
No Se Vende' son un primer paso para que el bebé comience a caminar por
si mismo. El objetivo, en unos años, tiene que ser llegar a convertir a
ese crío en un adulto capaz de desarrollar su propia vida de forma
plena. Con las equivocaciones, resbalones y caídas que todo ser humano
tiene en su vida, pero siendo el actor principal de los sucesos que irá
experimentando.
Cuando el pueblo cántabro pase de gatear
y esperar pasivo a que sus padres le den de comer, a convertirse en ese
adulto que camine por sí solo, nadie ya podrá decidir por él. Serán los
paisanos cántabros los protagonistas de sus propias vidas, y el pueblo
cántabro en conjunto caminará firme y libre hacia donde solo los y las
cántabras decidan.
Esta es, solo, la humilde opinión de un
"mozu rebeldi cántabru" que sueña con que algún día seamos nosotros
quienes marquemos el ritmo de nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario