La postura de ignorar el problema identitario de los pueblos subyugados
por el Reino de España ha sido y, tristemente continúa siendo, mayoritaria
dentro de los círculos libertarios españoles. Tildando de nacionalistas, en el
concepto burgués del término, a cualquier movimiento que se preocupe de
afrontar dicho problema se ha preferido pasarlo por alto e incluso negarlo.
Sin embargo, no hay más que echar un pequeño vistazo a los clásicos anarquistas del siglo XIX y a varias experiencias de principios de siglo XX para darse cuenta de que el anarquismo y la lucha por la autodeterminación de los pueblos han ido de la mano en varios momentos a lo largo de la historia.
Sin embargo, no hay más que echar un pequeño vistazo a los clásicos anarquistas del siglo XIX y a varias experiencias de principios de siglo XX para darse cuenta de que el anarquismo y la lucha por la autodeterminación de los pueblos han ido de la mano en varios momentos a lo largo de la historia.
Bakunin defendió en numerosas ocasiones la idea de revolución social estrechamente unida a la
liberación nacional de los pueblos sometidos, especialmente en su caso a los
pueblos eslavos, llegando a redactar un manifiesto por la independencia de
Polonia y a declararse como “patriota de todas las patrias oprimidas”. Esta
afirmación dicha después de diferenciar claramente el concepto de patria del de
Estado.
Otro de los grandes clásicos del anarquismo como es Kropotkin señaló que como anarquistas tenían el deber de rebelarse contra la opresión de cualquier tipo y “sobre todo nacional” junto a las gentes que la sufrieran. Uno de sus principales objetivos era introducir la cuestión social dentro de las luchas de liberación nacional como se puede comprobar en su carta a María Korn de 1897, refiriéndose a la” cuestión irlandesa”.
A principios de siglo XX hubo varios movimientos de liberación nacional muy influenciados por las ideas libertarias. Uno de los más importantes fue el movimiento emancipador macedonio de 1903 contra el imperio Turco. En la lucha del pueblo macedonio se llegó a abolir la propiedad privada y a colectivizar las tierras, siendo regidos los pueblos y ciudades por asambleas populares. También en la llamada “maknhovista”, en Ucrania, la cuestión nacional estuvo siempre presente. Las gentes que participaron en esta experiencia reconocieron siempre su pertenencia a Ucrania además de su ideología anarquista.
A pesar de estos precedentes, en el Estado español y más concretamente en Cantabria, siguen existiendo muchos prejuicios a la hora afrontar el problema nacional dentro de los ámbitos anarquistas. Estas reticencias proceden principalmente de la ya citada confusión entre patria, nación y Estado.
El Estado es el instrumento del que se valen las clases dirigentes para dominar al pueblo trabajador en cualquier parte del mundo. Esa dominación en muchas ocasiones incluye la necesidad de destrucción de la idiosincrasia de los pueblos y la asimilación por parte de estos de formas de vida y culturas ajenas a las propias, para llegar posteriormente a lograr una mayor dominación económica de los mismos.
Este es el caso del Estado español con los pueblos que encierra tras sus rejas. El pueblo cántabro es uno de ellos. Venimos sufriendo una dura aniquilación de gran parte de nuestra cultura, nuestras formas de vida y de prácticamente la totalidad de nuestro patrimonio lingüístico. Mientras que, deliberada y planificadamente, se nos ha impuesto una supuesta cultura “española” que no es más que una mala mezcla de partes adulteradas de las culturas de otros pueblos del Estado.
Entre las formas de vida del pueblo cántabro se incluye una institución milenaria de autogobierno como era el concejo abierto. Un órgano asambleario a través del cual los cántabros, ejerciendo la democracia directa, organizaban la vida de cada localidad. En él se veían reflejados valores inherentes al ser humano como el comunitarismo, el apoyo mutuo y la solidaridad. Esta institución fue primero vaciada de autonomía y contenido para después y muy recientemente ser totalmente destruida por el Estado español.
Sirviéndonos del ejemplo de los concejos abiertos que existieron durante siglos
en nuestra tierra, tenemos que defender una liberación de Cantabria que no
pretenda reproducir el modelo político-económico del Estado del que pretendemos
separarnos sino que consiga deshacernos del yugo opresor estatal por completo.
Nuestro objetivo tiene que ser crear una sociedad sin jerarquías, organizada en
torno a una red de concejos asociados libremente que cooperen en función de sus
necesidades. Mientras que a su vez luchemos por recuperar lo que por derecho
nos pertenece y nos fue arrebatado: nuestra cultura y nuestra lengua como armas
para hacer frente a la globalización
capitalista.
Declararse anarquista y continuar organizándose aceptando el marco institucional impuesto por la burguesía es hacerle un flaco favor al pueblo trabajador cántabro y perpetuar la dominación capitalista en todos los sentidos.
Declararse anarquista y continuar organizándose aceptando el marco institucional impuesto por la burguesía es hacerle un flaco favor al pueblo trabajador cántabro y perpetuar la dominación capitalista en todos los sentidos.
también podríamos hablar de una liberación de cantabria dentro de una lucha de todo el estado (creo yo)
ResponderEliminarL'enternacionalismu supon apoyar tolas regüeltas que se produzan en cualisquier parti del planeta pola liberación social y nacional, contra'l capitalismu, contra l'estáu... de tolos pueblos uprimíos del mundu. No solu las de el restu de pueblos del Estáu español.
ResponderEliminarSemos cántabros, bastanti tenemos ya con siguir entarajilando l'alucha equí basándonos enas condicionis culúmicas, sociales, pulíticas... que desistin en Cantabria.
¿Pa qué nu lu mandas cumu artículu d'upinión a Enfocant, Kaos en la Red, Lahaine, Rebelión, Briega...? siguru que muchus lu publican.
ResponderEliminarPaulu
Es güena idea. Quiciás en daqui página d‘esas lu espublican.
ResponderEliminarDe momentu lu espublicarin ya equí: www.portaloaca.com que si lu mandé anochi.
Salú Paulu.
Kitos
El anarquismo es internacionalista. Su propuesta de organización social es de abajo hacia arriba, federalista y asamblearia. Por lo tanto, cada asamblea, federación, etc., decide y decidirá en su caso, y de manera autónoma y en absoluta libertad su lengua, alianzas territoriales, etc.
ResponderEliminarEl "marco" de organización territorial actual o pasado es una mera excusa para una más eficaz organización por naturales y obvios motivos.
"Anarquista no es quien lo critica desde fuera, sino quien lo enriquece desde dentro".
Salud y libertad!
en la web de contrainformación "Briega" se han escrito varios comentarios interesantes a este artículo. Aquí podéis echarles un ojo: http://www.nodo50.org/briega/?q=node/1792
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