Para quien no lo sepa, Alejandro Lerroux fue un líder del partido
radical que jugo a muchas cosas en la política española del
principio del siglo XX. Fue un anticlerical y demagogo republicano al
principio, se convirtió al españolismo populista en Cataluña (
el “emperador del paralelo” barcelonés) , formó coalición de
gobierno con la CEDA ( extrema derecha prefascista de Gil Robles) en la
II República ( el “bienio negro” del 34 al 36), y término apoyando
y alabando el golpe fascista de Franco.
Los componentes
básicos del “cóctel de Lerroux” son los mismos que los de UPYD:
populismo, demagogia y españolismo a raudales. Todo esto cimentado
en un líder (una líder en este caso) que miente más que habla ,
que ataca a la “clase política “, cuando ella hizo la “primera
comunión” en coche oficial ( 32 años lleva la buena señora comiendo de
los sueldos públicos); y a los que sólo les guía la ambición más
descarnada y arbitraria.
La ambigüedad ideológica es otra
característica común entre Lerroux y la UPYD. Aparentemente
vienen de la izquierda, gesticulan como si lo fueran pero caminan a
paso agigantados hacia la derecha. Por supuesto, proclaman que no son
ni lo uno, ni lo otro (derecha / izquierda): son sólo españoles
honrados, gente del pueblo, que quieren el bien de España por encima de
los “intereses de partido”, y de los “reinos de Taifas”.
La hoja
de ruta de UPYD tiene muchas papeletas para ser la misma hoja de ruta
del lerrouxismo: no digo que necesariamente terminen en el fascismo,
ojala no, pero si en el autoritarismo más conservador. Ya han dado
alguna muestra en el programa electoral reciente: aumento gastos
militares, centralización de competencias, energía nuclear, política
antiinmigración, cuestionamiento de derechos como el aborto,
involución en el modelo educativo , copago sanitario, etc
El
caladero de votos más importantes lo tienen, que casualidad, en
Madrid, las Castillas y Valencia. Todo el que piensa como la derecha
pero quiere seguir creyendo, y diciendo, que es de izquierda, los vota.
El populismo apolítico (o sea antidemocrático) también los vota. No
hay funcionario o docente estúpidamente frustrado, que no simpatice
con esa líder “tan sincera y natural” . En Andalucía también están
pescando y son la cresta de una ola neocentralista y conservadora.
Supoenen para muchos votantes, el pasillo ideal de paso entre el PSOE y
el PP. Para muchos andaluces y andaluzas la UPYD es el amortiguador
moral de su abandono de la izquierda.
Se han quedado sin el
fantasma siniestro de ETA y buscan un nuevo espacio de chantaje
emocional, pueden coger cualquier bandera a condición que le de votos y
huela a sable. Son la nueva derecha (que como siempre es muy vieja).
Que todo el mundo lo sepa, que nadie engañe. Votar a UPYD es votar a
una derecha que terminará, más temprano que tarde convergiendo en
el gran lago azul de las gaviotas, como Lerroux.
Sacáu de: http://www.kaosenlared.net/noticia/upyd-la-vuelta-del-lerrouxismo
FELICIDADES AL AUTOR-A
ResponderEliminarMuy buen artículo. Refelja cosas de UPyD que coincido. Cuidadín con ellos. Pescan en río revuelto.
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