Militante cenetista durante la Guerra Civil española, destacó en la defensa militar de Donosti, y participó también activamente en las milicias armadas de Aragón y Cataluña.
Tras el triunfo de las tropas franquistas formó parte de la resistencia anti-nazi en Francia, y en los grupos guerrilleros que operaban en la frontera entre el Estado francés y el Estado español, conocidos popularmente como maquis.
Llegados ya a la década de los 60, estableció contactó y colaboró con los miembros de la recientemente creada E.T.A, y diseñó el anagrama del hacha y la serpiente que sería utilizado por dicha organización.
Para conocer el significado del símbolo diseñado por Felix Likiniano, me remitiré a lo expuesto por el militante etarra "Mikel Albisu, 'Antza', durante un juicio contra él en Paris, en el que explicó al tribunal el significado de dicho anagrama. "Hay que utilizar la fuerza con inteligencia, no la fuerza bruta" La serpiente enrollada en el hacha: la combinación de la lucha político (serpiente)-militar (hacha)
Según su explicación, el hacha significa 'golpear' y la serpiente, 'ser inteligente'. "Hay que utilizar la fuerza para defenderse. Pero no la fuerza por la fuerza, sino la fuerza con inteligencia"
Felix, junto con su amigo Federico Krutwig, compartíó la visión del acercamiento entre el anarquismo y el nacionalismo vasco, visión que fue reconocida a principios de los años 90 por los por los grupos activistas autónomos de Bilbao que crearon una asociación cultural que lleva su nombre Felix Likiniano Kultur Elkartea. Esta organización desapareció en el año 2006 tomando el relevo Gatazka un colectivo autónomo y asambleario, formado por gente llegada de grupos y colectivos tales como radios libres, antimilitaristas, gaztetxes, distribución editorial no comercial y otras experiencias de carácter anarquista y asambleario.
Para cerrar este artículo sobre este luchador anarquista vasco, dejo una despedida a Felix Likiniano que salió publicada en la revista vasca "Argia" ("luz")
Adiós
amigo y compañero. Sabíamos que estabas enfermo pero siempre preferíamos negarnos
a ver la proximidad de ese momento. La muerte siempre llega demasiado pronto.
He
pasado muchas horas a tu lado intentando comprender nuestra historia y nuestra
lucha actual. Tu presencia fue de agradecer a la hora de observar con mirada
crítica pero siempre vasca las ideas nacionalistas legadas por nuestros mayores.
El
fino pero resistente tallo que las pesadas botas alemanas no pudieron acallar
en el mercado de Miarritze, lo encontramos en ti. Te desembarazaste de la pesada
hoja de la fe para hacerte amigo de los primeros militantes de ETA que aparecieron
en Ipar Euskal Herria. Tú fuiste testigo y partícipe cuando intentábamos aunar
la sed de libertad del anarquismo y los agudos análisis del marxismo para que
ETA introdujera su afán liberador en el seno de la clase obrera; los que han
decidido seguir luchando contra esta triste y opresora democracia siempre te
han contado entre sus filas.
Lo
que más he admirado de ti ha sido tu capacidad para entregarte a la lucha sin
dudarlo ni por un instante. Sí, leías, teorizabas y los caminos de tu pensamiento
político eran, a veces, intrincados, pero los problemas teóricos nunca fueron
obstáculo a la hora de superar actitudes pasivas o escépticas. Y eso es lo que
admiro y envidio en ti, el Felix luchador, el Felix activo y de gran corazón:
tu vasquismo y tu firme deseo de una revolución social eran partes inseparables
de tu personalidad y siempre sabías dónde golpear y por dónde seguir indiferentemente
de lo cambiante de la situación.
Te
has ido sin contemplar la victoria de la revolución, pero todos y cada uno de
tus días han sido parte de ella. Gracias por todo.
Beltza,
Argia, 22-XII-22
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